24.8.05

·entrevista·con·un·extraño··23··viii··05·

·|· ¿Te sentís sola?

|^| Sí, muchas veces. Hoy es una de ellas. El alma se me vació de contenidos, creo que por alguna palabra inocua que salió de tu maldita mente. Siento que te quiero, porque te estoy odiando.

·|· ¿Y qué hacés con ese odio, con esa soledad?

|^| Me lo trago y lo digiero con lágrimas añejas. Muerdo mis dientes para no escupirlo. Y en el fondo, muy e el fondo, me veo, me encuentro en un pozo oscuro y profundo, arrodillada, acurrucada, en posición fetal; muy, muy chiquita soy. Trato de gritar y pedirte ayuda, pero no me sale la voz. No puedo. Tampoco me esfuerzo. Me tapo los oídos porque mi silencio me abruma. . . No me escuchas. ¿Por qué? Vuelvo a hundir mi cabeza entre los brazos de mi angustia. Abrumante. Consolante.

·|· ¿Cómo salís de ese agujero? ¿Cómo llegas a estar hoy acá?

|^| Me canso. Me duermo. Y lloro. Siempre lloro. Y así logro dormir `tranquila´. Y al otro día, un día nuevo. Abro los ojos y descubro que el temor de que todo se derrumbe sobre mí era ficticio. Todo sigue igual. Todo. Y a mí no me queda más remedio que reincorporarme, adherirme. Sigo en mi burbuja de fingida calidez. Pero eso sí, cada día es más fuerte, hasta casi un muro.

·|· ¿Se puede romper ese muro? ¿Se ha roto alguna vez?

|^| Seguro. Todo es posible. Me ha pasado que desde afuera divisan que alguien está luchando por no ahogarse. Y soy yo. Se unen las fuerzas y una bocanada de aire fresco, nuevo, me asfixia. Ahora sonrío, pero añoro la seguridad de mi burbuja. Nadie me molestaba. O eso creía.

·|· ¿Por qué lo decís? ¿Ahora ya no crees?

|^| Yo me siento tan frágil que busco cualquier rama para apoyarme. En cualquiera. Y casi siempre cualquiera se quiebra y yo caigo nuevamente con ella. Ya mi cuerpo está indoloro, escatimando para sentirse arropado. La espera a lo seguro no está en mis planes. Porque he perdido lo seguro, por esperar algo mejor. Me duele confesarte.

·|· Pero siempre es mejor decir que callar. ¿Vos preferís perder a no tener?

|^| Si, pero el problema es que poco me llega para tener. Creo que desespero, y eso se siente. En estos momentos quiero mirar el techo de mi baño sumergida en una capa de agua. Ver aquellas burbujas pasadas desprenderse de mí, hasta el último aliento. Y desde ahí descansar, dormir pacíficamente como nadie me ha contado. Me fui… (te quiero).